En las últimas horas hemos asistido en este blog a una vorágine de opiniones sobre un mismo hecho, a saber, la propia gestión del PP (más PA) en el Ayuntamiento de Tomares y el grado de cumplimiento del programa presentado para las elecciones de 2007, defendido por unos en gran parte, y rechazado por otros casi en su totalidad.
Tanto unos como otros, han demostrado su conocimiento del tema, exceptuando algunas críticas personales que no tienen, a mi entender, más intención que la de denostar a las mismas personas criticadas, sin argumentos y sin pruebas fehacientes de lo que se dice. Porque aquí se evalúa el grado de cumplimiento de un programa electoral, no si fulano o mengano ha desertado de sus funciones públicas, que hasta la fecha, el que suscribe estas palabras, no lo ha podido comprobar, ni tiene, por otra parte, noticias de las supuestas dejaciones de la función pública, sino todo lo contrario.
Los comentaristas de este blog, a favor o en contra de lo que aquí se ha dicho, nos han demostrado con creces tanto, que están muy al día de la política que se practica en el Ayuntamiento hoy, como de las actuaciones pasadas, remotas diría yo, de los antiguos gestores políticos de Tomares. Con lo que supongo, que en estos comentarios hay más de intención y rédito político, sobre todo, en la crítica feroz, que una cuestión de simples aclaraciones que nos hagan llegar a un consenso para descubrir la verdad global de los hechos.
La falsedad, por desgracia, es una compañera demasiado conocida en esto de la política española, en todos sus niveles. Porque la neutralidad poĺítica no existe. Porque quien es neutral no pierde el tiempo escribiendo comentarios en un blog de poca monta como es éste.
Yo, como administrador de este blog, insisto de poca monta, de opinión e información política, no pretendo que se me considere neutral. Como todo el mundo, tengo mi corazoncito, y creo que unas gestiones son mejores que otras, unas ideologías mejores que otras, unas actuaciones mejores que otras, unas propuestas mejores que otras, pero no pretendo atacar o alabar a unos y otros por el hecho de que se sitúen a un lado u otro de la balanza direccional de la política.
Puedo decir, como ciudadano conocedor de lo que ocurre a mi alrededor, y así lo creo, que el programa presentado por el Partido Popular y por José Luís Sanz como candidato a la alcaldía de Tomares se ha cumplido, si no en su totalidad como ha quedado de manifiesto, al menos en un elevadísimo porcentaje, teniendo en cuenta tres elementos fundamentales que han influído en gran medida en el grado de cumplimiento del citado programa.
Primero, el resultado económico de la gestión anterior de Antonia Hierro y todo su equipo, y el reto que supuso poner las cuentas del Consitsorio en positivo. Cosa que se ha logrado.
Segundo, la intervención obligada de la Junta de Andalucía como ente superior que regula muchas de las actuaciones que puede poner en marcha un Ayuntamiento. Y es de notar que la Junta no siempre ha estado a favor de ciertas propuestas de Tomares simplemente por una cuestión de color político. Eso se puede comprobar revisando las mismas concesiones a unos municipios negadas sistemáticamente a otros, como es el caso de Tomares.
Tercero, el momento de crisis atroz que atraviesa nuestro país. Mientras los demás ayuntamientos de la comarca tienen problemas serios para pagar, no ya a sus proveedores, sino a sus propios trabajadores, el Ayuntamiento de Tomares ha llevado a cabo un elevado número de medidas, sumidos, repito, en plena crisis, y unido a una política de austeridad que salta a la vista, que no invierte en proyectos de dudoso beneficio para los ciudadanos, sino que busca el mayor beneficio al menor coste, invirtiendo en verdaderos activos para nuestra ciudad, por ejemplo, en educación.
Incluso, escudriñando una a una las medidas del 2007, es de justicia hablar de las medidas y los proyectos que, desde el Ayuntamiento de Tomares, se han puesto en marcha y que no formaban parte de dicho programa. Insisto, no formaban parte del programa electoral pero que era indispensable poner en marcha, para responder a muchas de las necesidades de los tomareños que han ido surgiendo a lo largo de estos cuatro años, desafiando incluso, con las cuentas bien claras, a la propia crisis.
En fin, ésta es mi opinión personal. Parte basada en informaciones propias, parte en impresiones como ciudadano de a pie que ha visto lo que se ha hecho o dejado de hacer en Tomares. No pretendo pues que se esté de acuerdo o en contra de las palabras que aquí se escriben, cada cual es libre de decidir, opinar y proponer.
Tampoco pretendo hacer un apología exacerbada, sino ser justo con lo que veo, vivo y, sobre todo, siento. Cuestión de sentimiento, de vocación y de obligación moral como ciudadano. Raros elementos si es de política de lo que hablamos. Nunca me he sentido palmero de nada ni de nadie, y menos aún de un partido político. Escribo porque creo en lo que escribo. Si no este blog ipso facto, dejaría de existir, y aún no ha llegado ese momento.
Tampoco pretendo hacer un apología exacerbada, sino ser justo con lo que veo, vivo y, sobre todo, siento. Cuestión de sentimiento, de vocación y de obligación moral como ciudadano. Raros elementos si es de política de lo que hablamos. Nunca me he sentido palmero de nada ni de nadie, y menos aún de un partido político. Escribo porque creo en lo que escribo. Si no este blog ipso facto, dejaría de existir, y aún no ha llegado ese momento.
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1 comentarios:
Ya dijo un eminente profesor, alcalde socialista de Madrid, que las promesas electorales se hacen para no cumplirlas. Sinceramente, no conozco el programa electoral que hizo el PP en 2007, ni me lo voy a leer, pero por lo que veo en el pueblo y por las opiniones que oigo, han hecho bastante de lo que ofrecieron. Me importa un pimiento si hicieron el 10, el 50 o el 90 por ciento; veo simplemente que el pueblo va bien. Otra cosa sería que hubieran prometido el pleno empleo, o hacer de Andalucía la California de Europa: el sarcasmo y el insulto a los ciudadanos es imperdonable. Hay cosas con las que no se puede jugar ni en campaña electoral.
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