Llegan las elecciones, también en Tomares, -porque todo llega-, y es momento de hacer balance, de tener memoria, de sopesar los esfuerzos, los trabajos y las intenciones. Es el momento de medir el peso real de lo único que nos queda, nuestro voto, para que no caiga en el saco del aprovechamiento político. Es hora de observar a unos y a otros. También de pararse ante los carteles electorales y escudriñar qué dicen los ojos de los candidatos que nos prometen la mejor de las gestiones para nuestro pueblo de aquí al 2015.
Algunos de los candidatos a la Alcaldía ya han comenzado su particular precampaña, el típico calentamiento de motores, antes de inundar nuestras calles y nuestros buzones con la propaganda donde venden su gestión pasada, presente y venidera.
Ya están aquí con su particular sonrisa que hemos, como ciudadanos, saber reconocer. Qué esconde, qué ofrece y qué oculta, porque todos, absolutamente todos, ocultan la imperfección de las propias vergüenzas de sus partidos a nivel nacional y autónomico, a veces, hasta local... así es la política.
Y como esto es política, que en España es sinónimo de poder, sabemos que aquí también en Tomares, nunca nada es lo que parece, sobre todo, lo que refiere a encuestas, expectativas y resultados. Y ni el batacazo del PSOE será tan estruendoso, ni el ascenso del PP tan desmesurado, ni el PA se quedará con los desencantados de unos y otros, ni IU alzará, como esperan en cada elección, el vuelo hacia el pacto.
Ya están aquí, y como decía aquel antiguo anuncio de detergente, "busque, compare y si encuentra algo mejor, cómprelo".
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