domingo, 14 de octubre de 2012

XIII Congreso del PP de Sevilla, el nuevo PP

Mucha ha sido la polémica que ha generado el XIII Congreso Provincial del PP de Sevilla celebrado el pasado 5 de octubre, en el que resultó designado presidente por aclamación, Juan Bueno, a la sazón, portavoz del PP en el Ayuntamiento de Sevilla. La noticia como tal no resultaría atractiva para los tomareños si no fuera porque el portavoz del PP en el Ayuntamiento de Tomares, Eloy Carmona, se ha convertido en el Secretario General del PP de Sevilla. Y todo ello después de que José Luis Sanz se haya convertido en el Secretario General del PP de Andalucía.

También cabe destacar la incorporación en el nuevo Comité Ejecutivo Provincial de dos miembros del equipo de gobierno del Ayuntamiento del Tomares, José María Soriano, delegado de deportes y Lola Vallejo, delegada de Educación.

El caso es que la citada polémica ha venido suscitada por el abandono de Ana Hermoso, alcaldesa de Bormujos, que presentaba una candidatura alternativa a la de Juan Bueno, y por tanto, por la única candidatura final que, a la postre, ha sido la vencedora -como no podía ser de otro modo-. Dada la situación han surgido algunas voces discrepantes que han hecho notar, según ellos, la ausencia de democracia interna en el PP de Sevilla, asunto que desde aquí, y de momento, obviamos.

Lo cierto y verdad es que la candidatura de Juan Bueno y Eloy Carmona ha obtenido el 95,71% de los votos, una aplastante victoria en términos electorales, pero que no debe oscurecer que también un insignificante 4,29% de los compromisarios oficiales votaron en blanco como protesta por la situación que actualmente está viviendo el partido en la provincia de Sevilla y en todos y cada uno de sus municipios.

Desde estas líneas, animamos a Juan Bueno, como presidente, a Eloy Carmona, como secretario general, y a todos los miembros del comité ejecutivo provincial a hacer realidad algunas de las afirmaciones de la propia ponencia política como propuesta de cambio real y efectivo dentro del PP de Sevilla, -dirán algunos continuidad o continuismo-,  como por ejemplo, aquello que dice,

"es responsabilidad de cada uno de nosotros que los afiliados y simpatizantes del Partido Popular, asuman el protagonismo que les corresponde dentro del proyecto popular. No los podemos considerar meros espectadores, sino verdaderos artífices y responsables de la puesta en marcha de nuevas ideas...".  

"Son [los militantes] una auténtica correa de trasmisión que los cargos públicos y orgánicos deben tener siempre presente...".

Éstos y otros textos han sido aprobados en el XIII Cogreso de Sevilla, por tanto, de una vigencia absoluta. No sé si se presentaron enmiendas y en tal caso, si éstas fueron discutidas, porque como asistente al congreso, sólo lo fui un un "momento vespertino", -que es lo que tiene celebrar un congreso un día laborable-, más o menos el tiempo de ejercer mi derecho a las palmas y a depositar en la urna la papeleta que me correspondía como compromisario. Porque no todos los que formamos parte de una ejecutiva, en mi caso del PP de Tomares, ni trabajamos gracias a ningún partido ni vivimos de ningún partido, aunque nuestras ideas políticas se asemejen en gran parte al propio ideario de ese partido, y en mi caso, al Partido Popular (esto para que sirva de aclaración a ciertos comentarios de los lectores de este blog).

Para terminar una pega. En la misma ponencia política se hace una descripción general de lo que es y pretende seguir siendo el Partido Popular de Sevilla y Andalucía:

"...un partido moderno, de centro, con vocación y responsabilidad de gobierno".

La pura verdad es que no alcanzo a comprender qué significa que el PP sea un partido de centro. Sus dirigentes, entre los que no me encuentro, -para que alguno de los lectores de este humilde blog sigan cayendo en la cuenta-, deberían de explicar cuáles son las políticas de centro de un partido de centro como el PP. Porque, según lo veo yo, y puede que me equivoque, el centro político supone decir que uno no es de nada, que es de todo, que lleva a cabo políticas de todas las tendencias ideológicas, que intenta que nadie se sienta ofendido por miedo a ser tildado, sobre todo, de derechas.

Es curioso cómo la izquierda no manifiesta complejo alguno a la hora de decir qué son y qué pretenden. Son de izquierdas (actitud encomiable en todo caso). ¿Por qué los dirigentes del PP están embargados en ese complejo absurdo de no postularse como un partido de derechas, de evitar a toda costa situarse en ese lado de la balanza ideológica?

La "chicha ni limoná" del centro sitúa a los militantes y votantes del PP en una indefensión política extrema que deja sin argumentos a los que los poseen por convicción. Tristemente, estas posiciones del "no enfademos a nadie que puede que nos voten" al final provocan el rechazo de los propios, y la burla de los ajenos.

La derecha sociológica, carente de los complejos de sus políticos, necesita líderes que se sitúen con claridad y con rotundidad, que hagan las políticas por las que les han votado, que expliquen que la idea de la derecha transmitida por la izquierda no se corresponde con la realidad, que una política de derechas es posible y que produce prosperidad para todos los ciudadanos y para la sociedad en su conjunto, sobre todo, cuando se trata de garantizar las libertades y procurar con la menor intervención posible, que cada ciudadano prospere según sus capacidades.

3 comentarios:

totalmente de acuerdo en el último punto. Los que somos liberales y de derecha nos resulta complicado entender la linea ideológica del acual partido popular.

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

Señor Tomareño Cabreado, mi pregunta a su comentario anterior es: y?

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