El pasado domingo 7 de octubre fuimos testigos de las manifestaciones que se sucedieron en toda España como protesta contra los recortes del Gobierno Central del PP. Pese a la rotunda legitimidad de las protestas, dichas manifestaciones cometen una serie de incongruencias que creo es necesario hacer notar.
No vamos a entrar aquí en la cuestión de quién ha recortado más en educación, sanidad y servicios sociales, si el Gobierno, si la Junta, si los ayuntamientos... -aunque quien controla las competencias es quien decide el dinero destinado a atender dichas necesidades, y todos sabemos quién tiene la capacidad de decisión del destino de esos dineros en nuestra comunidad autónoma-.
Lo que creo que llamó más la atención no fue precisamente la protesta en sí contra el gobierno de Rajoy y los recortes, en todo caso legítima y respetable, ni fue que se obviase la responsabilidad de la Junta de Andalucía en la decadencia del estado de bienestar de nuestra comunidad, ni siquiera que los sindicatos UGT y CCOO junto a CSIF fueran los convocantes de dichas manifestaciones cuando son las asociaciones que más chupan de la teta estatal, -junto a las patronales-.
Llamó la atención el mar de banderas autonómicas, amén de las de los propios sindicatos
que son garantes de una escasa o nula representación de los ciudadanos.
Pero, sobre todo, lo que más llamó la atención fue la ingente cantidad
de banderas de la Segunda República, que, a parte de ser
anticonstitucional, no es representativa de los ciudadanos españoles.
El
caso es que en el año 2012 en España, los ciudadanos españoles que
protestan en la calle contra los recortes que afectan a todos los
españoles esgrimen una bandera que se sitúa fuera del estado
constitucional que rige nuestra nación. Y no es una cuestión baladí,
como podría parecer, porque se está intentando identificar la protesta y
la "rebelión" de un sector ideológico de la población española contra
otro.
Si
para los que portan la bandera de la Segunda República (finalizada el 1
de abril de 1939) se sitúan en el lado de la democracia y las
libertades, -según ellos mismos-, ¿dónde se sitúan pues los que portan
la bandera de España y la llevan a gala?
Si
la protesta contra los recortes (absolutamente necesaria) es un asunto
de los españoles, -ojo, de todos los españoles-, que afecta a todos los
españoles, y si los sindicatos representan a todos los trabajadores
españoles, -cosa absolutamente falsa-, ¿por qué ni uno solo de los
manifestantes portaba la bandera que une a todos y cada uno de los
españoles? ¿Qué se quiere transmitir ondeando la bandera de la Segunda
República junto a la bandera de Andalucía?
Supongo que esto sólo demuestra tristemente dos cosas. Por un lado el atraso de una sociedad civil que es capaz de seguir viviendo de mitos y leyendas sobre un pasado idealizado, y por otro, cómo las masas se dejan utilizar por los prebostes de las ideologías y de los dineros públicos, sean del signo político que sean.
Supongo que esto sólo demuestra tristemente dos cosas. Por un lado el atraso de una sociedad civil que es capaz de seguir viviendo de mitos y leyendas sobre un pasado idealizado, y por otro, cómo las masas se dejan utilizar por los prebostes de las ideologías y de los dineros públicos, sean del signo político que sean.
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5 comentarios:
Pero, acaso no es vivir de mito llevar un paso o aludar al monarca de estado tan poco democrático como el Vaticano o es que la iglesia católica no se ha forjado de mitos
Estimado Jesús,
¿acaso no son cosas diferentes el mito de las libertades en la Segunda República, el mito de una monarquía indiscutible o el mito de una historia de la salvación contada desde hace siglos?
La cuestión de los mitos es siempre opinable y respetable. Yo me he limitado en mi entrada a hacer hincapié en cómo se mezclan en un acontecimiento real (como fueron las manifestaciones contra los recortes) muy diferentes motivaciones ideológicas que nada tienen que ver con la situación actual de España. En una manifestación por la instauración de la III república como ya hemos podido vivir en Sevilla (cuando Lolo Silva y Torrijos manejaban el ayuntamiento de Sevilla) es comprensible la exhibición de banderas tricolor así como la exaltación de sus mitos, pero ¿qué tiene que ver la bandera de Andalucía y la bandera tricolor en una protesta contra los recortes? Eso es precisamente lo que me pregunto yo, concluyendo, y estará usted de acuerdo conmigo, que la exhibición de dichas banderas tiene que ver más con los mitos y a una idealización del pasado que a una realidad actual y patente.
Pues muy simple, no hay que ser ningún lumbreras para ver que ese hincapié en el que tanto haces se basa en un anhelo de buena parte de esta sociedad, más aún en estos momentos.
Sé que nunca has lucido mucha inteligencia, por tanto, escapa al dominio de tu mente rojigualda. No sé si será tu padre militar, funcionario o simplemente alcoholico, pero hubiera estado bien que te hubieran educado sabiendo que no solo tu banderita puede lucirse los domingos.
Vamos a ver, señor Tomareño Cabreado, yo estoy dispuesto a permitirle sus críticas y sus opiniones EN MI BLOG, pero no sus insultos, así que cada vez que usted intervenga en esos términos situándose por encima del bien y del mal, y con el único argumento dialéctico del ataque personal y soez, borraré sus comentarios.
Si quiere debatir (vamos, si su intención es debatir) tenga la valentía de exponer sus argumentos en su blog y allí, si merecen la pena, los debatiremos.
Ah, y su bandera, como la mía, es la española validada y avalada por la Constitución Española de de 1978. No se equivoque.
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