Cuatro años por delante

A parte de la ausencia de la número tres del PSOE, de la promesa "republicana" de la portavoz de IU y de la protesta de los indignados, el gobierno de la ciudad de Tomares quedó constituido sin sobresaltos y con la promesa de que todos trabajarán por nuestro municipio en los próximos cuatro años. Muchas caras nuevas y, por tanto, nuevas ilusiones y nuevas expectativas, porque de eso se trata, de ilusiones por un lado, y de expectativas ciudadanas por otro.

El tiempo tiene lo que tiene y es que deja a cada uno en su lugar de manera implacable. Y las ideas no lo son todo en esto de la política porque de buenas intenciones están los infiernos empedrados. Tanto unos como otros habrán de demostrar de qué pasta están hechos aunque eso de los milagros políticos, aquí, no nos lo creemos. 

Algunos ya están hablando de la derecha extrema tomareña sin darse cuenta de que su propio subconsciente le está traicionando, dejando vislumbrar ese halo facistoide teñido de respeto despintado que le impide aceptar democráticamente lo que la mayoría ha elegido, precisamente, porque no son capaces de concebir la alternativa a una ideología atractivamente contaminada de servilismo y pensamiento único.

Lo cierto es que esto ha comenzado a andar, y el gobierno de Tomares, que ostenta la responsabilidad de gobernar para todos, tiene cuatro años por delante para ponerse a la altura tanto de los que les han votado como de los que no, sobre todo, de los que no. Una altura de miras, de gestión y de autoridad para liderar el proyecto que nosotros, los ciudadanos, esperamos para nuestra ciudad de Tomares. Por eso, la contribución de la oposición se hace absolutamente necesaria. Apoyar en lo constructivo y criticar y denunciar con las razones de peso que contribuyan a la salud política y social de Tomares. Todo lo demás, sobre todo, los intereses particulares de cada uno, será una falta de respeto hacia los ciudadanos.

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